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Un signo de esperanza
19 de marzo de 2020

Después de un hermoso y luchado camino de formación, han llegado los seis primeros novicios carmelitas de San José al momento de consagrar al Señor, de manera oficial, sus vidas, dedicándose a orar, amar y servir, que son las tres dimensiones esenciales de nuestro carisma. En la intimidad de la Ciudad de Dios, con la profesión de los hermanos, en medio de muchos signos de muerte causados por el coronavirus, un signo de esperanza se levanta como especial fuerza para proclamar el triunfo del amor, de la vida, de la donación gratuita y voluntaria a Dios y a los hermanos.
Seis de nuestros hermanos han sido llamados por el Señor para seguirlo, desde la comunidad de los Hermanos Carmelitas de san José, para emplear toda su vida en el servicio de los más pequeños y necesitados.
Ellos han respondido con un “Si” rotundo al Señor, sin tener toda la claridad necesaria, obrando solo en fe, confiando en la gracia y la asistencia del Señor que hará de ellos hombres fieles, amorosos, serviciales, pequeños san José que comunican vida verdadera en el mundo de hoy.