Es una comunidad de consagradas que viven la espiritualidad del Carmelo a través de la oración contemplativa, la fraternidad y el servicio misionero en las Ciudades de Dios.

Son Carmelos conformados por un número de hasta cinco profesas perpetuas,  pudiendo tener algunas personas en formación o también en experiencia. Se encarna así el ideal propuesto por santa Teresa para sus Carmelos, pero haciéndolo en comunidades más pequeñas y sin profesar la clausura sino la vida contemplativa, teniendo como monasterio toda la Ciudad de Dios donde residen.

Procuran ausentarse de la Ciudad de Dios solo en casos necesarios. Su trabajo se realiza dentro de la Ciudad de Dios en tareas que bien puedan desarrollar tales como secretaría, administración de las casas de oración que haya en las Ciudades de Dios, práctica de las obras de misericordia en general, etc.

Proponemos pequeñas comunidades, pequeños Carmelos insertos en las Ciudades de Dios como signos de luz y de esperanza, signos de la presencia del Señor y de vida espiritual, ofrecidas para los tiempos modernos.